La explanada de San Pedro nos recibió con lluvia, pero a medida que iba avanzando la mañana esta desapareció y tuvimos un día extraordinario.
La Audiencia fue muy emotiva, el papa cogía a cuantos niños le mostraban, todo el mundo quería tocarle. Es una persona cercana, acogedora y comprometida con los que más lo necesitan. Al terminar la Audiencia bajó la escalinata y saludó uno por uno a todas las personas que habían ido en sillas de ruedas.
Por la tarde visitamos el Coliseo y Los foros imperiales.